Bubble Hash – De las raíces tradicionales a los métodos modernos con agua y hielo

Bubble Hash – De las raíces tradicionales a los métodos modernos con agua y hielo

El bubble hash es una de las formas más fascinantes de extracción de cannabis. Para los apasionados que valoran la pureza, el sabor y la potencia, nada supera un “full melt” natural. Antes de entrar en el proceso, vale la pena echar un vistazo a la historia y evolución de este método.

Historia y evolución de los métodos

Los orígenes del hachís se remontan a cientos de años atrás. Marruecos, Afganistán, Nepal: allí se producían los primeros hachises frotando flores con las manos para recolectar la resina pegajosa, que después de secarse se convertía en un producto muy apreciado.

En los años 80 y 90 aparecieron los primeros experimentos con agua helada, conocidos como “ice water extraction”. La verdadera revolución llegó con las Bubble Bags: bolsas de filtrado con diferentes tamaños de micras que permiten separar los tricomas del material vegetal y obtener un hachís limpio y sabroso.

Hoy en día, el bubble hash se puede hacer de forma manual o con mezcladores mecánicos, mientras que los modernos liofilizadores (freeze dryers) conservan al máximo el aroma y la estructura de los tricomas.

Equipo necesario

Para elaborar bubble hash clásico se necesita:

Bolsas de filtrado con varios tamaños de micras (25, 45, 73, 90, 120, 140, 160, 180, 220 μm)

Cubos (varios si se procesan grandes cantidades)

Mezclador – manual o mecánico

Hielo y agua fría

Colador/filtro para escurrir el agua

Papel de horno o rejilla de secado

Extra: guantes y boles, porque la resina es extremadamente pegajosa.

Fracciones de micras en el Bubble Hash

Micras Descripción

25–45 μm Tricomas muy pequeños e inmaduros; baja calidad, útiles para comestibles o mezclas.

73–90 μm La mejor calidad; full melt, resina limpia y aromática.

90–120 μm Tricomas maduros de alta calidad; ideales para vapear o prensar.

120–140 μm Tricomas más grandes con algo de restos vegetales; menos limpios.

140–160 μm Calidad media, más materia vegetal; usados sobre todo en mezclas.

160–180 μm Tricomas grandes y fragmentos de hojas; baja calidad, para reprocesar.

180–220 μm Principalmente hojas y restos; no aptos para full melt, solo para extracciones secundarias.

💡 Consejo: Los profesionales se centran en la fracción 73–90 μm. Por encima de 140 μm suele considerarse material extra.

Proceso paso a paso

Mezclar el material – Colocar flores o recortes en agua helada y remover suavemente para separar los tricomas.

Filtrar – Pasar la mezcla por las bolsas de micras decrecientes para recolectar las diferentes fracciones.

Escurrir – Eliminar el exceso de agua sin dañar la estructura de la resina.

Secar – En papel de horno, en rejillas o en un liofilizador.

Almacenar – En lugar fresco y seco, en un tarro hermético.

💡 Consejo: cuanto más fresco el material de partida, mejor la calidad final.

Métodos y condiciones de secado

1. Liofilización (freeze drying)

Método más moderno. El material se congela a -40 °C y se elimina el agua por sublimación.

Ventajas: máxima calidad, se conservan terpenos y cannabinoides, sin riesgo de moho.

Desventajas: equipos caros, requiere conocimiento técnico.

2. Secado en sala fría

Usado en instalaciones profesionales: salas con temperatura controlada (~7 °C) y humedad (35–45%). Secado lento en 7–14 días, con gran conservación de calidad.

3. Secado al aire

El método tradicional: sala ventilada (18–22 °C, 50–60% de humedad). Simple, pero con riesgo de moho y pérdida de calidad.

Mejores variedades para la extracción – California vibes

Gorilla Glue / Original GG – extremadamente resinosa y pegajosa

Wedding Cake – aromática, llena de resina

Gelato – cogollos densos y muchos tricomas

Sunset Sherbet – dulce, aromática y resinosa

Tahoe OG Kush – clásico, hachís potente

Zkittlez – frutal, pegajosa, fácil de filtrar

💡 Consejo: mezclar varias variedades enriquece el aroma y el sabor del bubble hash final.

Pros y contras

Pros:

100 % natural

Puro, aromático y potente

Posibilidad de controlar la calidad

Ecológico – sin químicos

Contras:

Proceso largo

Requiere equipo específico

Necesario material fresco

Conclusión

El bubble hash representa la pasión por el cannabis – desde las técnicas tradicionales de frotado a mano hasta las modernas extracciones con agua helada, salas frías y liofilizadores. Para quienes valoran el sabor, la potencia y la pureza, sigue siendo un imprescindible en la cultura cannábica.

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